Había limones…
Mi madre, que trabajó increíblemente duro se enamoró. Se casó con un hombre de El Salvador y planearon hacer viajes a lugares exóticos y disfrutar de su vida… Entonces conocieron la Agencia de Inmigración.
Se les dijo que el papeleo pasaría más rápido si él se fuera a El Salvador… Había vivido en Los Ángeles bajo asilo político desde la guerra y no tenía constancia… Ella era ciudadana estadounidense nacida en Cuba… Estaban tan enamorados que se sentaban a ver telenovelas juntos tomados de la mano, esto en LA… Así que él se fue.
El papeleo tomó semanas, luego meses, después más de un año. Mami lloró y poco a poco, compró una casa en El Salvador una playa aislada. Hicimos limonada.
Toda la familia vendría y pasaríamos el rato juntos en hamacas y leeyendo… no había televisión o wifi y la única señal de teléfono estaba en un punto en la calle (marcado por mis hermanas y yo en oro). Vimos las puestas de sol y la luna. Jugamos en la arena. Comimos sandía y rodamos alrededor de un camión en un choque. Vimos la lluvia fuerte y escuchamos los truenos. Hicimos lo que teníamos que hacer… e hicimos lo mejor.
Después de varios viajes y conocer a la comunidad, era imposible ignorar la pobreza. No tenía mucho que ver con la falta de zapatos o ipads… tenía que ver con la falta de esperanza.
Finalmente vimos un grupo de surfistas en el mar justo enfrente de la casa… Mientras estuvimos de LA no supimos nada de este deporte. Vimos lo que el lujoso lugar en el que se hospedaban estaba cobrando y decidimos construir un lugar para obtener fondos para apoyar el trabajo que queríamos hacer en la comunidad.
…Azul Surf Club fue Nacido
Desde entonces, hemos trabajado con otras varias personas sin fines de lucro y muchas personas generosas, que han ayudado a construir una escuela, un salón de clases, un puente, un parque infantil y nos hemos enamorado de El Cuco.
Y todos esperamos vivir felices para siempre …